Una vez finalizada la Feria de San Isidro de este año, me gustaría comentar algunos aspectos de la misma.
Lo primero, que no salga tan aprisa la concejala Gisela Ortiz ha decir que ha sido un fantástico éxito. Vamos a ver, parece mentira que a estas alturas intenten negar lo evidente. Ha habido menos expositores y eso se nota porque otros años ha habido más calles cortadas, ocupadas por los tenderetes y carpas. Y sea por el calor que hizo o por lo que sea, no se veía tanta aglomeración de gente como otros años. O eso me ha parecido a mí.
Segundo, ¿qué les hubiera importado dejar la avenida de Onil sin arrasar hasta que hubiera pasado la Feria? Porque la imagen de la avenida, ante los visitantes que se han acercado por Castalla, era penosa. Sin vegetación, llena de vallas y zanjas. Qué poca vista, che, aunque al Sr. alcalde no le gusten los árboles, hubieran quedado mejor como tarjeta de visita.
Tercero, la publicidad. Y aquí abro dos frentes. La publicidad en vallas del evento que he visto por ahí se reduce a una en la avenida de la Universidad, desde Alicante a la rotonda. En esa carretera se circula aprisita, a menos que haya atasco. Pues, como se puede comprobar en las fotos, no se distingue el nombre de Castalla y entonces, ¿para qué sirve la publicidad? 

Otro tema es el folleto a todo color y en tres idiomas. En época de austeridad, me parece un despilfarro. Hay poblaciones de la provincia de Alicante que el libro de fiestas es de ese tamaño. Y claro, no podían faltar las fotos del Sr. alcalde, a su mayor gloria...
Cuarto tema, la Feria en sí. Hay dos aspectos que quiero tocar. No entiendo porqué la Gala del Comercio ha pasado a formar parte de la Feria. ¿Qué potencia qué? Ambos actos, importantes, deberían estar separados y la Gala del Comercio celebrarse en verano, como el año pasado, que tuvo mucho éxito y así la época del estío tiene una actividad publicitaria que le de vida a nuestros establecimientos comerciales.
Foto: Diari de Castalla-Castalla al Dia
Por último, denunciar la situación en la que se encontraban los animales, en concreto los burros y las cabras, todo el día al sol y por la noche, a la intemperie (por cierto, igual que el policía local destinado a su vigilancia). Con tanto que se ha gastado, ¿no se podía haber colocado unas telas, algo, que hubiera dado sombra a esos pobres animales?
En fin, la Feria ha estado bien sí, pero hay que saber ver los defectos para no volver a repetirlos.