martes, 10 de marzo de 2009

¿Ocio o descanso?

Una vez pasados los actos del Mig Any, es hora de plantearse de nuevo el dilema eterno entre el ocio y el descanso, y la manera de compatibilizar ambas cosas. Castalla es un pueblo tranquilo, donde acude a vivir gente de fuera, entre otras cosas, por esa tranquilidad y placidez que ya no se encuentra en ciudades más grandes. Pero Castalla también tiene unos negocios de ocio, bares, pubs y disco-pubs que necesitan del jolgorio y la fiesta.

La noche del sábado en Castalla seguro que fue un infierno para muchos vecinos de las comparsas donde había fiesta y de los pubs más conocidos; el bullicio, las ganas de marcha de los jóvenes, de aquí y de los alrededores, invadió las calles. No dejaron de desfilar una y otra vez en sus coches las fuerzas del orden, tanto guardia civil como policía local, lo que quizá evitara alguna bronca etílica (soy testigo del admirable comportamiento del guarda de seguridad de L'Escarabat, aguantando sin inmutarse los insultos y chanzas de un chulo alcoholizado).


¿Podemos permitir tanto gentío y tanto ruido por las calles a las tres y las cuatro de la mañana? De fiesta en fiesta, quizá sí, como en otros pueblos y ciudades. ¿Y todos los fines de semana? Ah, ahí está el meollo del asunto, ¿qué hacemos los fines de semana con los gritos de los chavales, las motos a escape libre, el chimpún chimpún que no debería oirse pero se oye? El derecho al descanso de los vecinos es sagrado; el derecho de los dueños de los locales a ganarse la vida, también; y el derecho de la gente a divertirse, qué os voy a contar.

Las zonas de ocio de las grandes ciudades soportan este problema hacen muchos, muchos años... el Barrio en Alicante, Blasco Ibáñez o el Carmen en Valencia... una solución, practicada por Alicante pero que no ha tenido éxito del todo es trasladar a las afueras o a un lugar sin vecinos la zona de ocio, concretamente el Puerto en la capital alicantina. ¿Qué se puede hacer en Castalla? ¿Hacia dónde dirigimos la marcha en este pueblo?

Lo ideal sería que los locales estuvieran perfectamente acondicionados y la gente se comportara con respeto pero... la edad (escasa) y el alcohol (cuando no otras cosas) bullen y no es viable tal utopía. Pero la verdad, yo no encuentro el término medio en esto, no se me ocurre la solución que contentara a todos. Y a los políticos que rigen nuestro ayuntamiento, con lo mucho que cobran, menos. ¿Ocio o descanso? ¿Alguien sabe cómo compatibilizarlos?

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